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La pregunta clave

Introducción

La planificación y el control son los elementos característicos de la gestión actual. Sin embargo, los resultados de este tipo de gestión generan dudas sobre su efectividad y plantea la conveniencia de enfoques alternativos.

 

El problema

Definir objetivos estratégicos a 3-5 años, planificar las actuaciones a realizar para su consecución y monitorizar constantemente su evolución con el fin de realizar acciones correctoras cuando sea necesario. La planificación y el control son, pues, los elementos característicos del tipo de gestión empresarial actual.

En este marco, las empresas son conscientes de la importancia de la motivación y la creatividad de las personas a la hora de alcanzar los resultados establecidos. En consecuencia, diseñan actuaciones con el fin de mejorar el nivel de motivación y creatividad de sus trabajadores.

Si se considera la situación con una cierta perspectiva, se observa que, a pesar de los esfuerzos por planificar y controlar, no se alcanzan los objetivos previstos y muchas personas acaban desmotivadas por el camino. Ante esta situación, la mayoría de las empresas intentan planificar mejor y controlar más, lo que impacta negativamente tanto en la motivación como en la creatividad.

La pregunta a la que responde este tipo de actuación parece ser «¿cómo podemos planificar y controlar mejor?»

 

La propuesta

Dicen que la pregunta correcta es parte de la respuesta. Existe una pregunta alternativa a lo anterior: «cómo podemos estructurar nuestras organizaciones para que se motiven solas y mejoren la capacidad de alcanzar los objetivos establecidos»

«Estructurar» incluye no sólo la organización, la estructura organizativa, sino los procesos de comunicación entre personas y los de adaptación y mejora ante el cambio constante que caracteriza al entorno empresarial.

Del mismo modo que identificar y eliminar obstáculos en la creación del flujo de valor aumenta la eficiencia de los procesos de negocio, identificar y eliminar los obstáculos en el desarrollo profesional de personas y equipos aumenta su responsabilidad y capacidad contribución a la hora de alcanzar los objetivos de la organización.

Para hacerlo posible, hay que alinear a las personas respecto a unos valores y una visión del negocio compartidos. Es habitual que diferentes personas dentro de la organización tengan visiones diferentes sobre el negocio. Este hecho, con una buena gestión de la comunicación interpersonal, puede ser el punto de partida para crear y enriquecer enriquecer la visión compartida y -al mismo tiempo- mejorar los vínculos entre personas. Esta visión del negocio puede incluir una visión más estratégica cuanto más operativa, vinculada a todo aquello que se puede mejorar en los procesos de negocio y con las competencias a desarrollar.

Estructurar estos tres elementos (la consecución de visiones de negocio compartidas, la comunicación mutuamente enriquecedora y el desarrollo arreglado de competencias) es la clave de la transformación de los negocios desde la parte humana.

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