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«¿Le damos una vuelta?»

Por Antonio Fernández de Iso.

 

He decidido abrir una no-conformidad cada vez que escucho esta frase en la empresa. Sé que puedo parecer exagerado, pero tengo mis motivos.

Una no conformidad es todo aquello que incumple la política de calidad de una organización. A grandes rasgos, cualquier política de calidad pretende que la organización sea capaz de:

  • Detectar, describir y registrar problemas rápidamente.
  • Analizar las causas que han originado el problema.
  • Eliminar las causas que lo han producido o, por lo menos, minimizar su impacto en el negocio.

 

El “le damos una vuelta” incumple los principios del sistema de calidad:

  • Habiendo detectado un problema, no se describe con el detalle el problema.
  • No presupone ningún método de análisis del problema: lo de la “vuelta” no creo que haga referencia al ciclo de Deming (PDCA), vaya…
  • No lleva a ninguna acción de mejora concreta.

 

El “le damos una vuelta” es la vía rápida hacia la frustración y la desvinculación emocional con la organización y las ganas de contribuir con la que las personas venimos de serie. ¿Posibles causas del “le damos una vuelta”?

  • Incompetencia: no saber cómo abordar un problema.
  • Falta de motivación o de coraje: no querer abordar un problema.

 

Es responsabilidad de la dirección crear un entorno para que las personas desarrollen sus competencias y presenten la motivación y coraje suficiente para abordar los problemas (retos, obstáculos, dificultades o como le queramos llamar) del día a día.

Lo dicho. Me dispongo a abrir no-conformidades hora mismo. Solo me falta decidir qué tipo de no conformidad es: “mayor”, “menor” o solo “observación”.

O mejor le doy una vuelta antes…

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